Antes de viaje, imprevistos (parte II)
Hace unas semanas publicaba en el blog, parte del capítulo 2 del libro “Fotografía de viajes, el mundo, tu cámara y tú” , en él dedico casi cuatro capítulos enteros a definir con tranquilidad y detenimiento la preparación de cualquier escapada de fotografía, recogiendo los aspectos básicos pero indispensables a tener en cuenta para cualquier viaje. En la primera parte hacemos mención del equipo mínimo necesario, baterías, objetivos, trípode y filtros, mientras que en esta segunda parte tratamos del almacenamiento seguro de nuestras fotografías en el viaje, útiles de limpieza y reparación, así como de algunos elementos necesarios y siempre olvidados como nuestro manual de instrucciones de la cámara o la información previa sobre meteorología y otros accesorios de supervivencia ante cualquier imprevisto.
TARJETAS DE MEMORIA, HD PORTATIL
Dentro de los imprevistos y para evitar quedarse sin espacio físico donde guardar nuestras fotos del recorrido es imprescindible que tengamos varias tarjetas de repuesto, mejor cuatro tarjetas de 1 GB que una sólo de 4 GB, hay un 25% de posibilidades de que una de las cuatro no funcione y un 100% de la única que tenemos falle.
Tenemos muchas opciones y los precios han bajado considerablemente además de haber mejorado en calidad y rapidez de transferencia de datos, (modelos Extreme, Ultra) algo que afecta realmente a los procesadores de cuerpos y cámaras con unas características ya profesionales, son aquellas que tienen más de 10 megapixeles y en las que se disparan ráfagas (disparos continuados) de 6, 8 disparos por segundo. En general cualquier tarjeta de memoria CompactFlash de 1Gb hasta 4Gb dan buen resultado, aunque también las tenemos de 8Gb y 16Gb, no merece la pena, mejor perder por error 181 archivos RAW a 6 Mb de una tarjeta de 1 Gb que 724 archivos RAW de una tarjeta de 4Gb .
Para nuestra jornada de fotos y dependiendo en que formato vayamos a tirar las fotos, (RAW, jpg ) normalmente para iniciarse es suficiente en jpg, con una tarjeta de 1Gb tenemos para más de 300 fotografías a unos 3 Mb por archivo o unas 180 fotografías a 5-6 Mb por archivo. Una vez hayamos cogido experiencia haciendo fotos conviene disparar en formato binario o RAW, en donde la imagen guarda el total de la información sin comprimir.
El formato jpg es suficiente para practicar e iniciarse pero no óptimo si queremos editar posteriormente la imagen, ya que la imagen es comprimida precisamente para ahorrar espacio y en esa compresión pierde datos que afectan a la resolución de dicha imagen, sobre todo si queremos editar posteriormente la foto o ampliarla.
Llevar un disco duro portátil para ocasiones en las que vayamos a estar de viaje más de una semana dependerá del número de tarjetas disponibles o si tenemos un portátil como alternativa para guardar las fotos de las tarjetas y así descargarlas, algo muy recomendado para evitar borrar por equivocación todo el trabajo de una tarjeta. Aún así y para viajar lo más ligero posible, el portátil se puede quedar en casa, sale mejor llevar un disco duro portátil o más tarjetas.
CABLES
Los cables USB nos van a permitir descargar esas fotografías en nuestro disco duro portátil o PC, importante llevarlos siempre encima sobretodo cuando viajamos a lugares inhóspitos donde un cable USB es imposible de comprar.
LIMPIEZA
Unas gamuzas para limpiar las lentes son indispensables a la hora de preparar el viaje, así como una perilla de goma, un pincel suave para desprender posibles granos de arena o tierra de nuestro cuerpo de cámara y objetivos. Un destornillador de precisión nos puede ayudar también así como una navaja multiusos, cuerda o cinta adhesiva y algún pegamento de contacto fuerte para reparar alguna rotura de emergencia.
MAPAS DE LA ZONA, GPS, PRISMÁTICOS y MÓVIL
Si, aunque parezca algo excesivo, es importante y el tiempo nos ha enseñado en que más de una vez el saber donde estamos nos han salvado de algún disgusto, al menos dos de cualquiera de estos cuatro elementos de localización son siempre recomendables llevar en la mochila, tanto como el agua.
MANUAL DE INSTRUCCIONES
Un error común con el que nos encontramos muchas veces es que pretendemos saber utilizar nuestra cámara sin leer el manual de instrucciones, es aconsejable lo primero de todo cuando compramos una cámara, leerse de cabo a rabo ese manual que nos ayudará a entender mejor la compleja maquinaria digital de software y hardware que llevamos entre manos. Coger siempre este manual en la mochila y aprovechar cada viaje para ir refrescando los conceptos y técnicas de utilización de la cámara. Practicar con lo que dice el manual de instrucciones acerca de las posibilidades de nuestra cámara, nos enseñará mucho en todo momento.
INFORMACIÓN DE LA ZONA y METEOROLOGÍA
No cuesta demasiado consultar semanas antes de la escapada o viaje que vamos a realizar y buscar en internet. La posibilidad de poder documentarse antes de partir a un lugar es una gran ventaja, ya de antemano podremos imaginar muchas de las situaciones que nos tocará recorrer y si necesitaremos o no según que material. El poder estudiar con detenimiento las posibles rutas, historia de la zona y sitios pintorescos nos ahorrará mucho tiempo e ir directos a explorar lo que previamente hemos leído, aunque el viaje es siempre impredecible. Buscar también posibles puntos de agua como fuentes en el recorrido no permitirá llevar la mochila más vacía de líquido.
La información del tiempo unos días antes nos va a ayudar también a tomar precauciones, en sitios donde tenemos frío es bueno ir bien cargado de pilas y baterías, estas se descargarán o dejarán de funcionar con frecuencia, un truco es meterlas en el bolsillo del pantalón, en contacto con nuestro calor corporal. Si la lluvia o humedad nos acecha en el viaje es una buena opción llevarse un secador de mano y una bolsa hermética que es caso de aguacero pueda servir de protector y posteriormente de secador de la condensación y humedad en nuestra cámara.
Al contrario de lo que piensa muchas veces la gente, los mejores días para hacer fotografía no son los que sale un sol radiante sino aquellos en los que los fenómenos atmosféricos muestran su perfíl más natural. Los días lluviosos, o húmedos nos darán unos matices de los árboles y las ramas muy saturados de los colores al estar la vegetación con unos tonos intenso y colores frescos. En los días con frío, nieve, o niebla las brumas nos darán un aspecto mucho más real a nuestras imágenes de montaña o bosques al poder plasmar esas condiciones de la propia natura. Exclusivamente los días con viento o cierzo, como llamamos al aire fresco que tenemos en aragón, son los menos propicios para salir al campo, ya que el aire es el peor enemigo del fotógrafo.
De los viajes y aprendiendo de nuestros errores pasados obtenemos la fórmula de prevenir ocasiones futuras embarazosas, aunque el hombre es el único animal que siempre vuelve a caerse y tropezarse en la misma piedra mejor prevenir que curar.
Hacer el repaso del material se debe convertir en un ritual obligado de todo fotógrafo y aventurero, también si viajamos al extranjero no cuesta nada incluir una fotocopia de la factura del equipo y objetivos, así como la garantía de los mismos para poder realizar una denuncia en caso de robo o pérdida.
Hoy hay seguros de nuestro equipo fotográfico para el viaje que nos ayudarán a salvaguardar el valor de la cámara y objetivos, hay pocos pero existe varias corredurías; entre ellas Sastre y asociados ( www.sastreyasociados.com ) que asegura a profesionales un equipo valorado el 7.000 por una cuota anual de 350€ a 400€. Para aquellos que son particulares el costo es algo mayor, pero nos puede salvar del disgusto. Otra opción es contratar el Seguro del Corte Inglés si compramos ahí nuestro equipo, el coste es mucho menor y las garantías están aseguradas. También es recomendable siempre que se pueda pagar con tarjeta los transportes largos, billetes de barco, tren, avión, ya que es una forma adicional de poder cubrir con el seguro nuestra aventura.
Prevenirse ante lo que pueda pasar es actuar de forma inteligente. NO tengas prisa en ello y revisa cuidadosamente todo lo que necesitas antes de partir, es la mejor manera de no llevarse sorpresas.
Extraído del capítulo 2 de “Fotografía de viajes, el mundo, tu cámara y tú”
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