Mi primer contacto con la veterinaria en 2008
Fue uno de mis primeros trabajos como realizador y ayudante de dirección para la productora oscense PyrenePv en el documental “100 AÑOS DE HISTORIA” para el “ILUSTRE COLEGIO OFICIAL DE VETERINARIOS DE ZARAGOZA”
En aquella época realizaba también algunos trabajos de desarrollo de e-commerce. Mi labor estaba dividida en la creación de la nueva tienda online y el diseño y fotografía de todo el extenso catálogo que la productora tenía de colecciones de Oficios perdidos, tradiciones, fiestas y folklores, recetarios. Una inmersión en las raíces del medio rural llena de cosas por descubrir a través de sus protagonistas.
Este trabajo documental del mundo de la veterinaria como ayudante de dirección fue un reto, pues un centenario de un colegio de veterinarios desprende mucha responsabilidad, pero tal y como reza la sinopsis del documental se trató de hacer lo mejor posible y sintetizar 100 años en menos de 42 minutos: “Descubrimos el colegio y profesión de Veterinario. Cien años que, siglos después de los orígenes de la albeitería, han vuelto a marcar nuevos retos, a una profesión preparada para afrontar y dar solución a los continuos cambios y peligros en beneficio de la sociedad en que vivimos.”
Fue mi primera incursión entrevistando a personalidades del mundo veterinario como D. Juan José Badiola, popular por ser uno de los expertos en la famosa crisis de las vacas locas o “esponjiforme bobina” y a otros veterinarios ilustres estudiosos de aquella gripe aviar de 1957 y otras epidemias que asolaron las cabañas ganaderas. También me sorprendió el papel de los investigadores en laboratorios y expertos en Bromatología que me permitieron conocer mejor esos complejos procesos de trazabilidad y temas tan relevantes para la seguridad alimentaria actualmente.
Este al igual que otros trabajos documentales de etnografía fueron mi primera escuela en el mundo de la producción audiovisual, y una oportunidad de aprender en este caso, bajo la dirección de Eugenio Monesma y su jefe de producción, Fernando al que yo admiraba enormemente.
Allí tuve la suerte de conocer a jóvenes aspirantes, operadores de cámara, ilusionados al igual que yo, ayudantes de dirección y guionistas como Beatriz Lafuente y que estaban trabajando en aquel entonces para la familia Monesma.
Una época no tan lejana, quince años atrás, me recuerda que la ilusión y ganas de aprender es lo que te mueve para seguir teniendo ganas y la misma curiosidad hoy que aquel entonces en cada entrevista y tema a tratar. Querer saberlo todo acerca de algo que desconoces, pero que sientes tremenda curiosidad. Esa es probablemente parte de la magia que hace que seamos los documentalistas, apasionados preguntones y fondistas en esta carrera que nunca empieza ni termina en el arte de montar historias que otros cuentan.