Los terrones de azúcar
El otro día pasando por una finca que tiene una “Yeguada” cercana a mi pueblo, me senté un rato a ver los caballos que allí estaban, descansando y comiendo y algo inquietos por la tormenta que se avecinaba. Los días de tormenta (antes o después de ella) son ocasiones muy apropiadas para salir al monte y fotografíar paisajes. Allí andaba yo no muy lejos del coche tranquilo observando las yeguas y potros. Varias yeguas se acercaron a que les hiciera arrumacos y les acariciara, pero este potro por mas que lo llamara “arre !!!” se quedaba lejos de mi y sin intención de acercarse, probablemente si me hubiese quedado algún terrón de azúcar en la guantera (los llevo siempre para el café del hornillo), hubiera podido darle unas palmaditas de ánimo, para desearle mucha suerte en ese largo devenir que le espera, lleno de adrenalina y veloces carreras por el campo y por sus polvorientos caminos. En fin,…Ya volveremos a vernos…..en otra ocasión, aún le queda mucho para ello.