Nocturnidad otoñal
Otoño también posee algunos momentos especiales. Además de hojas y cauces, la cercanía o no de la luna llena y la cantidad de estrellas que algunas noches podemos observar, es un momento idóneo para sacar nuestro disparador remoto y jugar como niños, con el movimiento de la traslación de la tierra.
Una fórmula utilizada para conseguirlo, es la exposición multiple (o hacer varias tomas en una sola, como antiguamente con el carrete) o bien una sola toma de 5 o 10 minutos de exposición (dependiendo de la luna). En este caso, y aprovechando la noche estrellada, el Castillo de Ucero en Río Lobos, es el protagonista, que ha sido captado con tres tomas de 3, 2 y 1 minuto, haciendo un total de exposición de 6 minutos con un diafragma algo abierto ( f/5,6 ) y con una focal de gran angular de 16mm. El ISO utilizado 200 y el balance de blancos para intensificar la hora crepúscular (WB)>4900ºK (aunque esto en RAW da igual). Durante unos tres minutos se ha ido iluminando de manera homogenea las distintas partes de los muros del Castillo, a unos 15-20 mts y siempre por detras de la cámara, con un frontal de luz fría mediante Leds. En fin, un juego de niños, divertido y para el que no hace falta ningún revelado, excepto, incrementar los negros y reducir algo el ruido con cualquier editor RAW. La dirección a la que orientarse con la cámara para acentuar el epicentro estelar, es una cuestión de ir probando tomas previas, aunque normalmente será el Norte.
En La fotografía siguiente, un plano menos contrapicado con el fondo crepuscular forman una silueta más voluminosa al estar mucho más iluminadas en tiempo y espacio las paredes del castillo, siguiendo el mismo método anterior, pero durante menos minutos de exposición, con la misma configuración y ajustes.