Fotografiando el Otoño que percibimos
Esta época nos fascina a muchos aficionados a la fotografía, por que nos permite disfrutar de los colores y texturas que el otoño deja visibles en el interior de los bosques. En el caso del Pirineo, es variable cada año la semana que mejor muestra el estado otoñal en pleno apogeo, unas veces adelantado y otras con retraso, la vegetación y sobre todo los cauces dependiendo de la humedad, precipitaciones y viento, nos conceden imágenes con más rango tonal y riqueza de colores. Los mejores momentos por experiencia para captar el ambiente del bosque son en las horas posteriores a la lluvia. La atmósfera límpida de su interior ofrece mejor plasmar a través en nuestra cámara, la amplitud de tonos y colores vivos, de sus suelos húmedos, que son la mejor saturación natural que captará nuestro sensor. Un tema recurrente en cada taller de esta temática que realizo por las tres zonas del Pirineo, Aragonés, Navarro y Catalán cada año (ésta fotografía de cabecera pertenece al primero de ellos que hemos hecho en Roncesvalles hace una semana), trata de transmitir esta experiencia en la que intento compartir con los asistentes, la convicción de que el éxito de muchas fotografías radica en la paciencia, que es siempre la mejor premisa, como en toda fotografía de naturaleza, puesto que para intentar hacer una gran fotografía siempre es necesario buscar una y otra vez, una u otra estupenda localización….el resto sólo es cuestión de suerte y experimentación. Una vez allí, con calma, sin prisas, sacar el máximo partido de esa misma localización, que dependerá también de nuestra paciencia, y en visualizar de manera tranquila y detenida, las posibilidades del lugar, y de encuadre, su luz y la incidencia de ésta en los objetos, que incluimos en nuestra toma, o los detalles que darán fuerza en la misma para resaltar lo que deseamos transmitir con ella…toda una reflexión sobre lo que la natura nos susurra al oído.
Todo lo demás….. como un gran equipo fotográfico, estupendo filtros de Densidad neutra o polarizadores, además de un gran trípode nos ayudarán sin duda a capturar el instante seguramente, pero sólo si antes entendemos que una gran fotografía se consigue uniendo sutilmente, la suerte paciente con nuestra mirada creativa y con la esencia de lo que percibimos, en la que probablemente ningún Photoshop ni otros artilugios nada tienen que aportar, al igual que el equipo mejor o peor que tengamos….tema recurrente hasta la saciedad de muchos talleres….y que lejos de estar en lo cierto, es una experiencia propia más.