Fotografía invernal, una oportunidad para el paisajista
Cada año es esperada la nieve con gran expectación, y no sólo por quiénes tienen ganas de practicar los deportes de invierno, sino de muchos otros colectivos como los agricultores, que esperan llenar las reservas de los embalses, lo que asegurará un buen año de riegos, o los ganaderos para que crezca pasto, entre otros muchos beneficiados, también los amantes del paisaje, senderistas, montañeros y por supuesto, los fotógrafos.
La nieve es un fenómeno meteorológico que a todos nos gusta. Cualquier fotógrafo de naturaleza sabe que el agua es vida, su abundancia influye en el paisaje y ésta en forma de nieve permite que dure durante más tiempo esa vida, congelada en los bosques, barrancos y ríos muestra un sinfín de caras.
Por ello, hay cien y un motivos para fotografiar el paisaje nevado y también algunos trucos y técnicas que te permitirán aprovechar al máximo tus jornadas en el campo en la época por excelencia del frío y el hielo.
Fotografiar con frío
Primero de todo has de acordarte que el frío es enemigo de la energía que mueve tu cámara. Además de preservar del exterior tus baterías, llevar unas cuantas de sobra es una buena opción, para realizar y terminar con éxito tus jornadas. Desde hace tiempo no es necesario que sean originales todas tus baterías. Nosotros en la mayoría de los viajes fotográficos que hacemos con photolocus a Islandia o en los talleres de fotografía invernal en Roncesvalles, Sobrarbe o Pirineos Occidentales hemos tenido siempre buena experiencia con las baterías clónicas de una marca en especial, PATONA.
Éstas baterías clónicas, son más baratas y duran tanto o más que las originales. Lo único que debes hacer es usarlas de manera cíclica para que den todo de si. Además de ello tienes la opción de adquirir también de la marca, un cargador de mechero de coche que es una muy útil alternativa para tus viajes o salidas en tiempo frío. Recargar baterías mientras te desplazas es una buena forma de tener siempre energía extra en una jornada larga, en la que por el frío pueden fallar mas de lo que queremos.
Si la energía es importante más lo es, que tú estés caliente y sin tiritar. Pies y cabeza son lo más importante a considerar si tenemos estancias prolongadas de fotografía en terreno helado o nevado y húmedo. Botas o calzado impermeable y cálido te permiten estar concentrado en lo que haces, si no, no hay manera de dedicarle el tiempo necesario a cada localización y el frío acaba por ganar a la afición y el sacrificio necesario que la fotografía de paisaje invernal requieren. A veces para conseguir una buena fotografía, ya sabes que puedes pegarte un buen rato, incluso muchas horas para conseguir lo que te interesa. Guantes táctiles, gorro, braga para el cuello y demás elementos de abrigo, se convierten en esencial para que no se congelen las ideas.
Para tu mochila y equipo fotográfico, unas bolsas de silicagel ayudarán a que la humedad de esas localizaciones en las que realizamos las fotografías, no estropeen tu equipo fotográfico cuando lo metemos y cerramos hermético, dentro de la mochila. Su función es ir absorbiendo toda la humedad que se pega a la correa y a cualquier parte del resto de la cámara, gomas, visor, etc.
En cuanto a los trucos para poder exponer bien, en el paisaje nevado necesitas compensar la medición de luz. sabes que deberás sobreexponer varios pasos dependiendo del sensor de tu cámara, pues cada una mide de diferentes formas, no todas lo hacen igual. Para conseguir que la nieve no te quede gris, haz la prueba, dispara en MODO semiautomático AV o TV o S o A y comprobarás cómo el resultado es una fotografía oscura o con tono grisáceo o azulada. Sin embargo si compensas al +1 o +1.7, verás que cambia y consigues un blanco real. El exposímetro de la cámara tiende a dejar oscura la fotografía por la excesiva reflexión de la luz. Por eso deberás siempre sobreexponer la toma o mejor, disparar, en MODO Manual y verás porqué es importante dominar con tan sólo un más y un menos cualquier situación a la que te enfrentes midiendo la luz y compensando dependiendo de su luz, tono y color.
Respecto a la composición, es muy interesante que aprendas a mirar a traves del visor como si de un prismático se tratara, para aislarte de todo aquello que no está en el plano. Esto ayuda a ver de otra manera como incluímos y excluimos elementos para quedarnos con un pequeño trozo del paisaje que tenemos delante. Lleno de posibilidades, muchas veces no sabemos concretar por tratar de abarcar mucho en nuestros encuadres.
El tele o un objetivo macro es buen amigo de esa práctica de incluir sólo detalles. Cuando te canses de tele, sigue con planos más angulares y prueba a jugar con sombras fuertes y contraluces que te darán un buen complemento y motivo para entretener tu creatividad en el interior del bosques, cauces de ríos o barrancos con agua. Una misma zona vista con perspectiva y ángulo distinto es un pequeño mundo, solo hay que tener paciencia.
Aprovecha los filtros si tienes de densidad neutra o polarizadores, para hacer alguna toma con diafragmas cerrados, f11 o f16, e isos bajos, ISO 100 por ejemplo, para que den como resultado tomas de uno o dos segundos, verás cómo ahí también tienes oportunidad de jugar con los tiempos y tu creatividad. Ahora sólo queda experimentar. Suerte..!! y feliz invierno. No perder esta oportunidad para fotografiar el paisaje invernal.
Ah…y si te animas en la web de Photolocus, tienes unas cuantas actividades para los fines de semana invernales.