Islandia en invierno y los sorprendentes humores de nuestro planeta tierra
Esta vigésimo cuarta edición del Viaje fotográfico a Islandia con Photolocus ha sido como cabía esperar sorprendente y diferente, única e irrepetible, como cada una de las anteriores en el país de las luces del norte que llevamos realizando a lo largo de estos ocho años, pero también si cabe, atípica en cuanto a meteorología, y eso que a los huracanes ya estamos más o menos acostumbrados.
Un invierno, con apenas nieve al comenzar la primera edición a mediados de febrero, y un cúmulo de tempestades e incluso una tormenta violenta que azotó el sur del país dejó cortadas todas las carreteras, obligando a visitantes a guardar reposo a cubierto durante un largo día en el que los vientos huracanados se hicieron latentes de manera continuada y hacían imposible circular por el hielo de sus carreteras. Bajas presiones y altas después desembocaron al final de esa primera semana, en una gran nevada, en la que cayeron 50 cm en tan solo ocho horas en Reykjavik. Desde 1952 no recuerdan haber visto nada igual.
A pesar de lo que uno pueda pensar y de lo adverso del tiempo, en el ámbito fotográfico es sin duda la mejor oportunidad que hay para ver la naturaleza en su estado más bravo y por lo tanto hay que aprovechar y a pesar del frío, de las nieblas, nubes bajas y densas, las condiciones extremas de visibilidad dieron fruto a estampas muy especiales antes y después de sus cambios caprichosos de luz. Momentos que supieron captar con acierto cada uno de los asistentes y que como tantas veces, un servidor, solo tiene alguna muestra casual, que deja testimonio más o menos aproximado de lo acontecido.
Dicen que cada cinco minutos el tiempo puede cambiar en este país, y es verdad, hay ocasiones en las que ni tan siquiera esperar al minuto cuatro para romper entre granizo, viento y arco iris. Por ello es Islandia, ese paraíso del paisaje, por conceder cada vez que lo visitas una cara completamente diferente y nunca antes vista, como volvió a pasar entre la primera y segunda edición de este viaje, una semana de tempestades con una paisaje increíble y otra después de calma, con otro semblante completamente diferente, ni mejor ni peor, únicamente nuevo y con otros matices, entre ellos la suerte de tener casi todos los días los cielos despejados y unas intensidades continuas de viento solar que hizo temblar la ionosfera con sus auroras boreales, durante cinco largas noches de manera contínua, fenómeno, que no recuerdo haber vivido en el país durante las veintitrés expediciones anteriores.
Ni las temperaturas cambiantes de una semana a otra y una diferencia anormal de casi 10 grados ni los vientos fríos del ártico, han malogrado nada, y por ello hemos podido disfrutar una vez más durante estas dos ediciones 24 y 24 BIS invernal y en especial yo, al ver pletóricos y contentos a los asistentes, de esa Islandia siempre mágica, llena de sorpresas y paisajes efímeros a cada paso, de la tundra al sandur y de la playa negra al límpido y azulado glaciar y de las nubes bajas aventadas por el noreste al degradado de sus atardeceres en Stokkseyri.
https://www.instagram.com/p/BRL9D51AvM_/?taken-by=chavinandez
Espero que todos y cada uno de los asistentes puedan recordar durante mucho tiempo, esta nueva aventura fotográfica de photolocus invernal, la vigésimo cuarta y deseo igualmente se apunten otros tantos a la siguiente BIS de otoño que acabamos de añadir al llenarse las 25 edición. Solo quedará cuando el tiempo nos lo permita entre viaje y viaje, publicar un breve vídeo como es costumbre de esta edición invernal, para poder decir como siempre, después de volver a salvo, Misión cumplida.!!!
https://www.instagram.com/p/BQybgCKAkJV/?taken-by=chavinandez
De momento aquí tienes algunas fotos de lo acontecido en mi Instagram y a continuación aunque pocas algún testimonio de todo lo demás…