La mirada al bosque esloveno y todo lo que le rodea
En septiembre de 2014 un amigo de Zaragoza, Enrique Santos, que sabía de mi trabajo como guía fotográfico, me ofreció ir a conocer a finales de ese mismo octubre un rincón del suroeste de Eslovenia, su entorno rural y los secretos de alguno de los bosques de Notranjska.
Iba en busca de nuevas localizaciones para las actividades y viajes de fotografía. Algo que llevo realizando desde 2006 y me pareció un nuevo destino, sugerente y además poco conocido.
Allí nos encontramos con Miha Mlakar, un joven apasionado por la naturaleza de su entorno y ocupado en los fogones del negocio familiar. Seguramente en aquel entonces, veía en la gestión de hides o escondites para la fauna salvaje de su entorno, apoyo y fuente de ingresos alternativa al negocio actual que regentaba la familia Mlakar desde hace décadas con un restaurante y salón de celebraciones bajo el nombre de Gostilna Mlakar al que acompaña con varias habitaciones en la pequeña localidad de Stari trg pri Ložu.
En esta zona el oso pardo está muy extendido en los bosques de Notranjska. Posiblemente según los últimos datos vivan alrededor de medio millar de ejemplares. Sin duda una gran oportunidad para todos aquellos que quieren observar algunos instantes de la vida del oso pardo en su hábitat natural pero también un peligro y una puerta abierta a la vulnerabilidad si no se gestiona bajo unas estrictas medidas de seguridad y siguiendo escrupulosamente las normas morales y la ética que todos los amantes de la naturaleza y su fauna debemos seguir.
Durante mi visita a este rinconcito del país, tuve la suerte de adentrarme un poco en sus costumbres, etnografía y modo de vida local, además de cumplir el objetivo que se brindaba, que era preparar y diseñar un tipo de viaje fotográfico para los clientes con los que trabajo usualmente.
Grabé imágenes y filmé al oso pardo en compañía de Enrique Santos de las Eras, siguiendo también el primer encargo suyo para potenciar y promover el destino no sólo para mi como organizador de viajes fotográficos a la zona, sino para apoyar en la difusión del negocio local que Miha Mlakar comenzaba en aquel entonces siguiendo las pautas establecidas y para su promoción en redes.
El vídeo de promoción de aquella primera Slovenian Brown Bears Adventure ilustraba el website inicial del proyecto. Hoy la web y su contenido se ha enriquecido mucho con grandes aportaciones de clientes y fotógrafos.
Dos años mas tarde, empezaron a verse resultados a su difusión y promoción. La puesta en conocimiento del lugar sirvió para dar a conocer dicho destino y objetivos a fotógrafos de otros destinos. Un ejemplo son Christine Sonvilla y Marc Graf con proyectos como Brown bears in Central Europe premiado con una beca WWF MontPhoto grant en 2016. Muchos otros fotógrafos, naturalistas desde entonces visitan este remoto lugar que sirve de generador de empleo y riqueza local.
Nosotros desde 2014 incluimos Slovenia como destino fotográfico para todos los clientes Photolocus en primavera y otoño. Ahora ya solo en otoño por calendario. Para mi, el paisaje que alberga es un lugar idóneo para ayudar a los asistentes a practicar la composición fotográfica y al mismo tiempo que sirve como elemento de difusión y concienciación medioambiental gracias al centro de interpretación de Cerknica Lake e inmersión en una naturaleza otoñal que no he visto en ningún otro lugar.
A pesar de ver en el oso pardo y sus hides un gran potencial, el viaje fotográfico de hoy sigue igual al que que finalmente diseñé en 2014. Más centrado en mostrar la esencia del paisaje esloveno , sus lagos, sus cuevas y bosques, así como las singularidades de un terreno kárstico con fenómenos únicos como el lago Cerknica intermitente según los niveles freáticos. El objetivo ofrecer una inmersión fotográfica y gastronómica al mismo tiempo que de etnografía. Siempre animando pero dejando como opcional la visita a los hides del oso, negocio local que ahora ha crecido mucho y sigue siendo gestionado por Miha Mlakar.
Me llama la atención la cantidad de gente que ha podido desde entonces disfrutar de ese entorno y de aquel negocio incipiente del visionario Mlakar en 2014 y que ahora cumplirá ocho años de experiencias.
Veo en general muy buenos comentarios en las reviews de Google , la gran mayoría, pero también veo otros lamentablemente vacíos, como los de algunos fotógrafos de diversas nacionalidades, que sólo van en busca de capturar colecciones de aninales y otros que se quejan del precio de las sesiones (entre 180€ a 220€) que el guía cobra por gestionar, mantener y coordinar el acceso siguiendo las normas establecidas in situ para estas actividades y poder vivir la experiencia de observar el oso pardo en su hábitat. Algo que requiere de todo el cuidado y rigurosidad. A todos esos, que me parece que no han entendido nada recordarles que la misión de un hide no es ofrecer al turismo un puesto de caza recompensas de instantes fotográficos únicos con especies en extinción, sino una manera de poner en valor, concienciar de su importancia y un acercamiento a la observación basada siempre en el respeto. También que no hay ninguna garantía de éxito en cualquier hide, pues la fauna y su fotografía es una cuestión de paciencia y siempre una lotería. La que la única prioridad es poder observarlo sin implicar ninguna molestia.
En fin son cosas que me llaman la atención y que aprovechando que este mismo domingo podré acudir a la zona después de varios años que nos ha robado la pandemia, podré saludar a mi amigo Miha y presentarle allí en Eslovenia al grupo de aventureros con quién me toca compartir la Landscape Slovenian adventure de este otoño.
Con mucha ilusión, como en cada edición, he querido compartir con todos vosotros e invitaros a venir el próximo otoño, al Viaje fotográfico en otoño a Eslovenia 2023, ahora que todavía tienes plazas disponibles.