Los banqueros y políticos islandeses ante el tribunal
Aunque el mundo lo calle, o al menos Europa, lo haya intentado silenciar durante todo este tiempo, Islandia será el primer país, y seguramente no el último, en el que la corrupción y la mala gestión tendrá una dolosa responsabilidad sobre quien hasta ahora impunemente la ejercía sin control. El caso más claro es el del ex primer ministro conservador islandés Geir H. Haarde que afrontará en próximas semanas un juicio en el que está acusado de negligencia grave durante su mandato, que produjo el colapso bancario de un país con poco más de 300.000 hab, como es Islandia, a mediados de octubre de 2008. Al igual que él, varios de los principales responsables de entidades financieras, Larus Welding, o Sigurjon Arnason se enfrentan a cargos, por poner por encima de los principios, la avaricia del poder, que caracteriza tanto a políticos como a banqueros.
Landsdómur, un tribunal especial creado para estos procesos de miembros del Gobierno, curiosamente se estrena para juzgar a este ex primer ministro en los 67 años de independencia del país. Dicho tribunal formado por cinco jueces del Tribunal Supremo, un presidente de un tribunal de primera instancia, un catedrático de derecho constitucional y ocho ciudadanos designados cada seis años por el Parlamento, será quien decida con las pruebas aportadas, y los hechos palpables, el veredicto que podría condenar después del verano con dos años de cárcel al ex primer ministro islandés. No cabe duda de la repercusión mediática que dicho proceso llevará, aunque a otros niveles, no deja de ser un hecho sin precedentes que tendrá sus consecuencias en el actual sistema político y económico europeo, del que el gobierno de Obama, en Estados Unidos ya ha tomado nota con serias reformas sobre su propio sistema financiero.
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