Viñedos, lava y sol
Hace unas semanas, con motivo de un reportaje solicitado por una agencia de publicidad holandesa, tuve la suerte de vivir muy de cerca y de nuevo, el mundo previo de la vendimia, entremezclado con las tierras volcánicas, en este caso desde las islas afortunadas. La isla de fuego, ya hace años me dejó impactado, por un paisaje lleno de contrastes entre los que estaban la extensas áreas dedicadas a la viticultura, en las que los conejeros, como así se les llama a sus habitantes, habían conseguido a pesar del viento y la orografía, cultivar y muy bien, estupendos viñedos.
Paisajes protegidos como la Geria, Uga, Masdache o Haria que son muestra de colinas de lava perfectamente labradas entre muretes de piedras circulares en forma de cráteres, y que hacen de su territorio, un lugar paisaje peculiar y conocido internacionalmente.
Este año según comentaban algunos responsables de las bodegas de la zona, ha sido y es extremadamente seco, y esto afecta de manera directa a la deshidratación de las cepas, el alto nivel de azucares y la consiguiente graduación de alcohólica de los vinos.
Para los medios especializados en el mundo del vino más sensacionalistas, esta podría ser una de las peores cosechas de los últimos sesenta años, sin embargo otros que miran más hacia el futuro, estiman que se traduzca en pérdidas posteriores, ya que de seguir así la climatología podría tener peores consecuencias en la cosecha del próximo año. De cualquier manera, de todo lo visto allí además de viñedos, Lanzarote nos ofrece siempre su mejor cara, para visitarla y descubrir algo más de su singular orografía y natura.
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